De ahí, que sea útil establecer algunas diferencias básicas entre el aprendizaje basado en proyectos y la instrucción directa.
Sin embargo, también hay que ver los puntos débiles del ABP. Necesita de una mayor implicación del profesorado y del alumnado para que no fracase. Y hay determinado tipo de alumnado al que es muy difícil motivar- Por otro lado, si no hay apoyo por parte del resto de equipo educativo, será más difícil llevar a cabo el proyecto.
Por otro lado, la instrucción directa tiene sus ventajas: por un lado, implica no complicarse tanto la vida con experimentos que no sabes si van a funcionar, y desde luego, la evaluación es más fácil, por lo que a la hora de defender tu metodología, la nota de un examen final habla por sí sola.
El primer ejemplo práctico de aprendizaje basado en proyectos aplicado a la asignatura de Lengua castellana y literatura, lo vi en la web del profesor Aitor Lazpita, que incluye bastantes propuestas para diferentes grupos y niveles. Si cogemos una de ellas, por ejemplo, "Maneras de contar", observamos que el proyecto se ajusta bastante a nuestra idea de proyecto: parte de contenidos propios del currículo de nuestra asignatura pero no se limita a la enseñanza directa sino que busca la participación activa del alumnado, que debe analizar diferentes textos narrativos para poder crear uno propio al final del proyecto. Aporta materiales atractivos, recursos interactivos, criterios de evaluación, etc.
Quizá el punto débil que observo en él es su aislamiento respecto al resto de materias, que supongo que es un tema relacionado con el entorno en el que se pretende trabajar. Si no se encuentra apoyo en el resto del equipo educativo, es muy difícil llevar a cabo un proyecto integrador e interdisciplinar, que sería lo ideal. Pero en el caso de encontrarte solo, estos proyectos basados en tareas concretas, sirven para intentar cambiar la metodología.
A continuación os presento mi prototipo de trabajo, con este vídeo:
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