Hoy día vivir al margen de la tecnología, de los ordenadores es como decir que la tierra es plana. Vivimos en un mundo tecnológico, nuestros alumnos usan los móviles y ordenadores a diario -con grandes carencias, también es cierto-, usan las redes sociales y la escuela no se puede aislar de esta realidad. Nosotros los profesores también las usamos y las tenemos integradas en nuestra vida diaria: algunos tenemos blogs y somos muy activos en nuestras cuentas de las diferentes redes sociales, buscamos información y recursos en Internet y visualizamos videos o creamos presentaciones.
Concebir una clase sin el uso de las TIC me resulta muy complicado: iPad, pizarra digital, ordenadores portátiles son herramientas totalmente integradas en nuestras clases, que se utilizan cuando son necesarias: actividades interactivas, documentales, películas, música, imágenes, blogs, búsqueda y consulta de información...
Como herramientas que son, se deben adecuar a nuestras necesidades y las del grupo, no siendo por tanto, un sustituto de nuestra figura de profesores, sino un complemento que debe usarse con un sentido: no se trata de que los alumnos vean una película sin más, sino que la vean y analicen en relación con los contenidos que estemos trabajando en cada momento. O que se pongan a navegar por la red sin control, sino que lo hagan con un objetivo y las ideas claras
En mi caso, consultamos habitualmente nuestro blog, hemos usado la red social de Edmodo, trabajamos con páginas con actividades interactivas de Lengua y Literatura, así como otras páginas como Youtube, los documentales y audiciones de RTVE y otras herramientas que he clasificado en la siguiente infografía:
Concretando en nuestro proyecto sobre los copistas medievales, aunque el objetivo final sea tan manual: escribir con una correcta caligrafía un manuscrito colaborativo, para llevarlo a cabo deberemos hacer consultas en Internet, redactar información en un documento o a través de una presentación para exponer en clase, visualizar vídeos que nos ayuden a entender la época medieval, así como tutoriales de caligrafía.
Por tanto, la pizarra digital del aula y los portátiles de los alumnos serán herramientas cotidianas en nuestro proyecto.
Finalmente, buscando un a
rtefacto digital que pudiera aplicarse a nuestro proyecto, he encontrado un aplicación para crear un ebook, de forma que, una vez terminado nuestro manuscrito, podríamos pasarlo a una versión digital para poder compartirlo en las redes sociales y a nuestros compañeros. Así nuestro trabajo no quedaría reducido a un único ejemplar, sino que lograría una mayor difusión.