miércoles, 30 de septiembre de 2015

Trabajamos el Romanticismo literario

Tras la introducción al tema, vamos a realizar una actividad para recopilar más información sobre sobre este movimiento cultural y profundizar sobre él.
Vamos a ver este vídeo sobre el Romanticismo literario, de Antonio García Megía:


A continuación, vamos a responder a las siguientes preguntas:

1. Explica a qué llamamos el "mal del siglo" y de qué sentimiento nace.

2. ¿Qué caracteriza al "yo romántico"?

 3. ¿A quiénes se refiere el texto al hablar de la "exaltación de lo marginal? ¿Por qué idealizan los románticos a este grupo de personas?

4. ¿Por qué los románticos rechazar lo racional? ¿Qué prefieren?

5. Cita algunos temas propiamente románticos.

6. ¿Qué entienden los románticos por la idea de "pueblo"? ¿Qué tiene que ver con la recopilación de leyendas populares?

7. ¿Cuáles son las tendencias del romanticismo español? Cita algunos autores representativos.

8. ¿Qué actitudes románticas siguen hoy vigentes? ¿Qué hemos heredado del romanticismo?

lunes, 4 de febrero de 2013

Actividades Morfología I


   ACTIVIDADES DE MORFOLOGÍA: EL SINTAGMA NOMINAL

      Lee el siguiente texto y responde.
Un total de cincuentaysiete ciudades de toda España han acogido hoy la mayor manifestación sindical de los últimos años, convocada por CCOO y UGT contra la reforma laboral del Gobierno que flexibiliza el despido en el país con la mayor tasa de desempleo de la eurozona.
Bajo el lema "No a la reforma laboral injusta con los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para el empleo", muchas marchas buscan recortar en lo posible el golpe a los derechos laborales y servir de ensayo a una eventual huelga general. "Queremos corregir en profundidad ésta , y ese es nuestro objetivo y las manifestaciones de hoy son necesarias porque son un cauce , un instrumento democrático para intentar conseguir ese objetivo", dijo el secretario general de la Unión General de Trabajadores, Cándido Méndez.

a)      Identifica diez adjetivos presentes en el texto y clasifícalos en adjuntos o conexos. 
b)      Clasifica los siguientes sustantivos del texto: ciudades, manifestación, año, reforma, país, lema, Cándido, instrumento, huelga, trabajadores.
c)       Clasifica las palabras subrayadas en determinantes o pronombres, especificando su tipo.


Construye cinco oraciones que contengan en cada caso la unidad que se indica:
– Pronombre demostrativo.
– Pronombre existencial.
– Pronombre cuantitativo.
– Determinante demostrativo pospuesto al sustantivo.
– Determinante posesivo.

domingo, 3 de febrero de 2013

El romancero

El romance es un tipo de composición de extensión indefinida formada por versos octosílabos, con rima consonante (8- 8a 8- 8a 8-8a...) cuyo origen probablemente se remonte a los cantares de gesta, que habrían ido evolucionando de forma popular y reinterpretándose hasta llegar a ser recitado en versos octosílabos.
Tipos: históricos, fronterizos, legendarios, novelescos, líricos.
Para más info:  aquí







Romance histórico: "La venganza de Mudarra"
Los siete infantes de Lara, hijos de Gonzalo Gustios, asisten a la boda de su tío
Rodrigo de Lara con doña Lambra, en Burgos. Durante la fiesta, la novia se cree
ofendida por los infantes y Rodrigo promete vengarla. Enviado Gonzalo Gustios a
Córdoba con una falsa embajada, es retenido por Almanzor, que no se atreve a matarlo.
Para completar la traición, Rodrigo prepara una trampa a sus sobrinos, que son
decapitados por los moros. Almanzor presenta las cabezas de sus hijos a su prisionero.
Para consolarlo de sus penas, el caudillo moro le ofrece a su hermana con la que tiene
un hijo, Mudarra, que vengará la muerte de sus hermanos, los siete infantes de Lara.

Este romance es el último de la serie, y resume el final de una trágica historia de
venganzas familiares.
A caza va don Rodrigo,
ese que dicen de Lara;
perdido había el azor,
no hallaba ninguna caza;
con la gran siesta que hace
arrimado se ha a una haya,
maldiciendo a Mudarrillo,
hijo de la renegada,
que si a las manos hubiese
que le sacaría el alma.

El señor estando en esto,
Mudarrillo que asomaba:
-Dios te salve, buen señor,
debajo la verde haya.
-Así haga a ti, caballero;
buena sea tu llegada.
-Dígasme, señor, tu nombre,
decirte he yo la mi gracia.
-A mí me llaman don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara,
cuñado de don Gonzalo,
hermano de doña Sancha;
por sobrinos me los hube
los siete infantes de Lara.
Maldigo aquí a Mudarrillo,
Hijo de la renegada,
si delante lo tuviese,
yo le sacaría el alma.
-Si a ti dicen don Rodrigo,
y aun don Rodrigo de Lara,
a mí Mudarra González,
hijo de la renegada,
de Gonzalo Gustios hijo
y alnado de doña Sancha;
por hermanos me los hube
los siete infantes de Lara;
tú los vendiste, traidor,
en el val del Arabiana.

Mas si Dios ahora me ayuda,
aquí dejarás el alma.
-Espéresme, don Mudarra,
iré a tomar las mis armas.
-El espera que tú diste
a los infantes de Lara;
aquí morirás, traidor,
enemigo de doña Sancha.
Romance fronterizo: "Abenámar"
En el año 1431, el rey Juan II de Castilla llega ante Granada acompañado del infante
moro Abenámar, a quien había ofrecido el trono de este reino. La cuidad se rinde y el
infante es reconocido rey en ella.
El romance tiene evidente inspiración morisca. Los poetas árabes llaman con frecuencia
"esposo" de una región al señor de ella, y de aquí el romance tomó su imagen de la
cuidad vista como una novia a cuya mano aspira el sitiador.
-¡Abenámar, Abenábar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida;
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
-No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida.
-Yo te agradezco, Abenámar,
aquesta tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!
-El Alhambra era, señor,
y la otra, la mezquita;
los otros, los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba,
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra
otras tantas se perdía;
desque los tuvo labrados,
el rey le quitó la vida
porque no labre otros tales
al rey del Andalucía.
El otro es Torres Bermejas,
castillo de gran valía;
el otro, Generalife
huerta que par no tenía.
Allí hablara el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
-Si tú quisieras, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.
-Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.
Hablara allí el rey don Juan,
estas palabras decía:
-Échenme acá mis lombardas
doña Sancha y doña Elvira;
tiraremos a lo alto,
lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte
que grande temor ponía.
Romance legendario: "El infante Arnaldos"
En este romance de aventuras, el infante Arnaldos se embarca en una nave desconocida y
encuentra en ella a sus familiares y criados, que andaban buscándole.
El final truncado, al que llega después de varias tentativas, convierte un romance de escaso
interés en una obra maestra, pues da a la canción del marinero un gran misterio. El acierto
en el corte brusco aparece así como una verdadera creación poética.
¡Quién hubiera tal ventura
sobre las aguas del mar
como hubo el infante Arnaldos
la mañana de San Juan!
Andando a buscar la caza
para su falcón cebar,
vio venir una galera
que a tierra quiere llegar;
las velas trae de sedas,
la jarcia de oro torzal,
áncoras tiene de palta,
tablas de fino coral.
Marinero que la guía,
diciendo viene un cantar,
que la mar ponía en calma,
los vientos hace amainar;
los peces que andan al hondo,
arriba los hace andar;
las aves que van volando,
al mástil vienen posar.
Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
-Por tu vida, el marinero,
dígasme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
-Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va.
Romance lírico: "El prisionero"
Una simple canción carcelera convertida en una expresión emocionada del aislamiento y la
incomunicación.
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que no sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me canta al albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

miércoles, 16 de enero de 2013

La lírica cancioneril del s. XV

Se llama lírica cancioneril al conjunto de composiciones escritas preferiblemente en el s. XV (también antes) y que se reunieron en antologías elaboradas por coleccionista llamados cancioneros.

El marqués de Santillana

El marqués de Santillana fue uno de los nobles más poderosos de la primera mitad del siglo. Hombre de letras, reunió en su palacio de Guadalajara la mejor biblioteca de su tiempo. Su interés por la cultura le llevó a estar al tanto de las novedades literarias, haciendo traducir obras latinas e italianas al castellano.
El marqués de Santillana fue autor de varios poemas alegóricos de temática amorosa. Entre sus obras destacan la Comedieta de Ponza, poema de contenido poético y moral, y Bías contra Fortuna, una reflexión estoica sobre la vida. Son muy conocidas también sus serranillas, de inspiración popular.
-Serranillas: tienen como tema central el encuentro de un caballero con una pastora en medio de la montaña, tras el cual se produce un cortejo, que la pastora puede o aceptar o rechazar o incluso, quedar en suspenso...

Serranilla VI

Moça tan fermosa
non ví en la frontera,
como una vaquera
de la Finojosa.

Faziendo la vía
del Calatraveño
a Santa María,
vençido del sueño,
por tierra fragosa
perdí la carrera,
do ví la vaquera
de la Finojosa.

En un verde prado
de rosas e flores,
guardando ganado
con otros pastores,
la ví tan graciosa,
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.

Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera;
fablando sin glosa,
si antes supiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.

Non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dexara
en mi libertad.

Mas dixe: "Donosa
(por saber quién era),
¿aquella vaquera
de la Finojosa?..."

Bien como riendo,
dixo: "Bien vengades,
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es desseosa
de amar, nin lo espera,
aquessa vaquera
de la Finojosa.

- Sonetos fechos al italico modo. El autor conoció la poesía italianizante y no dudó en probar las nuevas formas poéticas, volcándolas al castellano, creando así los primeros ejemplos de sonetos en nuestro idioma.

 Lejos de vos


  Lejos de vos y cerca de cuidado,
pobre de gozo y rico de tristeza,
fallido de reposo y abastado
de mortal pena, congoja y braveza,

  desnudo de esperanza y abrigado                 5
de inmensa cuita y visto de aspereza,
la mi vida me fuye, mal mi grado,
la muerte me persigue sin pereza.

  Ni son bastantes a satisfacer
la sed ardiente de mi gran deseo                  10
Tajo al presente, ni me socorrer

  la enferma Guadïana, ni lo creo.
Sólo Guadalquivir tene poder
de me guarir y sólo aquél deseo.


Juan de Mena

Juan de Mena (1411-1456) fue considerado por sus contemporáneos y sucesores como el mejor poeta de su época. Letrado al servicio de Juan II de Castilla, cultivó la poesía amatoria y la alegoría moral. Su estilo se caracteriza por la abundante erudición y por el recargado lenguaje latinizante.
El Laberinto de Fortuna, también llamado Las trescientas, es su obra más ambiciosa. La obra está escrita en coplas de arte mayor, compuestas por estrofas de cuatro versos de doce sílabas, que tienen una fuerte cesura, rima consonante y siguen un rígido esquema acentual.

Jorge Manrique

Jorge Manrique (1440-1479) es autor de varias composiciones de asunto amoroso que siguen con fidelidad los patrones del género cancioneril. Su poema más conocido, sin embargo, son las Coplas escritas a la muerte de su padre.


La lírica tradicional del s. XV

La lírica tradicional es aquella que se transmite de forma oral entre el pueblo desde tiempos inmemoriales. Surgían a partir de situaciones y momentos cotidianos -el trabajo, la fiesta, el amor- entre la población de las villas y los pueblos.
Las primeras manifestaciones que conservamos son las jarchas, las cantigas de amigo y los villancicos, de los que ya hemos hablado.
Los temas más empleados son los siguientes:
- Canciones de tema amoroso: la mujer que se queja a su confidente, la belleza femenina, la niña enamorada, el amado ausente, el amor feliz... son algunas de sus variantes. También es un tema común la mujer casada contra su voluntad, la "malmaridada".
Si tú, amor, no me consuelas
viendo que me muero por ti,
¿Quién habrá dolor de mí?

Monjica en religión
me quiero entrar
para no malmaridar.

Me casó mi madre chiquita y bonita
con un muchachito que yo no quería.
A la media noche el pícaro salía
con capa terciada y espada ceñida.
Le seguí sus pasos por ver dónde iba 5
Y lo vi entrar casa su querida.
Me puse a escuchar por ver qué decía
y lo oí decir: -Cielo y alma mía,
para ti te compro flores y mantillas,
para mi mujer palo en las costillas. 10
Me vine pa casa por ver si venía;
me puse a planchar, planchar no podía;
me puse a fregar, fregar no podía;
me puse a barrer, barrer no podía;
me asomé al balcón por ver si venía; 15
lo veí subir por la calle arriba,
venía diciendo: -Ábreme, María,
que vengo cansado de buscar la vida.
Tú vienes cansado casa tu querida.
-¡Mujer del diablo, quién te lo diría! 20
-¡Hombre los diablos, yo que lo sabía!

- Plantos o endechas: canciones fúnebres.
¡Llorad las damas si Dios os valga!
Guillén peraza queó e la Palma
la flor marchita de su cara.

No eres palama, eres retama,
eres criprés de trsite rama,
eres desdciha, desdicha mala.

- Mayas: canciones dedicadas al mes de mayo, cuando florecen la primavera y el amor.
Entra mayo y sale abril,
tan garridico le vi venir.
Entra mayo con sus flores,
sale abril con sus amores,
y los dulces amadores
comienzan a bien servir.

- Albas: El amanecer es el momento en que se despiden los amantes para no ser descubiertos. También suele ser una hora de encuentro.
Ya cantan los allos,
buen amor, y vete,
cata que amanece.

- Canciones de trabajo y fiesta: composiciones para sobrellevar las tareas de cada día. Son frecuentes los tonos burlescos:
 Tres morillas me enamoran
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

  Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas,
y hallábanlas cogidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

  Y hallábanlas cogidas,
y tornaban desmaídas                     10
y las colores perdidas
en Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

  Tres moricas tan lozanas,
tres moricas tan lozanas,                15
iban a coger manzanas
a Jaén,
Axa y Fátima y Marién.

lunes, 22 de octubre de 2012

Literatura comparada e intertextualidad

Como hemos visto en clase, la Intertextualidad es el análisis de las relaciones entre textos, es decir de las influencias que ha ejercido un texto base (hipotexto) sobre otros (hipertextos). La literatura comparada, además, estudia las relaciones de la literatura con otras artes, como el cine, la pintura, la escultura, etc.
Como ejemplos hemos visto el uso del tópico de la vida como camino en Jorge Manrique (hipotexto) y en Antonio Machado (hipertexto):

Y sobre todo, el distinto tratamiento del mito de Apolo y Dafne, desde Ovidio (hipotexto) a Quevedo, pasando por Garcilaso y Bernini (hipertextos):



Ovidio, Metamorfosis

El primer amor de Febo fue Dafne, la hija del Peneo, hecho que no fue infundido por un pequeño azar, sino por la cruel ira de Cupido.(…) El hijo de Venus le contestó: “Tu arco lo traspasa todo, Febo, pero el mío te traspasará a ti; cuanto más vayan cediendo ante ti todos los animales, tanto más superará mi gloria a la tuya”. Y hendiendo el aire con el batir de sus alas y sin pérdida de tiempo, se posó sobre la cima umbrosa del Parnaso; saca dos flechas de su carcaj repleto, que tiene diversos fines: una ahuyenta el amor, y otra hace que nazca. La que hace brotar el amor es de oro y está provista de una punta aguda y brillante; la que lo ahuyenta es obtusa y tiene plomo bajo la caña. Con esta hiere el dios a la ninfa, hija del Peneo; con la primera atraviesa los huesos de Apolo hasta la médula. El uno ama enseguida; la otra rehuye incluso el nombre del amante. (…)
¡Oh, ninfa, hija de Peneo, detente, te lo suplico!, no te persigo como enemigo; ¡ninfa, párate! El corderillo huye así del lobo, el cervatillo del león, las palomas con sus trémulas alas huyen del águila y cada uno de sus enemigos; yo te persigo a causa de mi amor hacia ti. ¡Hay desdichado de mí!” (…)
La hija del Peneo, con tímida carrera, huyó de él cuando estaba a punto de decir más cosas y le dejó con sus palabras inacabadas, siempre bella a sus ojos; los vientos desvelaban sus carnes, sus soplos, llegando sobre ella en sentido contrario, agitaba sus vestidos y la ligera brisa echaba hacia atrás sus cabellos levantados; su huída realzaba más su belleza. Pero el joven dios no puede soportar perder ya más tiempo con dulces palabras y, como el mismo amor le incitaba, sigue sus pasos con redoblada rapidez
Sin embargo, el que persigue, ayudado por las alas del Amor, es más veloz y no necesita descanso; ya se inclina sobre la espalda de la fugitiva y lanza su aliento sobre la cabellera esparcida sobre la nuca. Ella, perdidas las fuerzas, palidece y, vencida por la fatiga de tan vertiginosa fuga, contemplando las aguas del Peneo, dijo: “Auxíliame, padre mío, si los ríos tenéis poder divino; transfórmame y haz que yo pierda la figura por la que he agradado excesivamente”.
          Apenas terminada la súplica, una pesada torpeza se apodera de sus miembros, sus delicados senos se ciñen con una tierna corteza, sus cabellos se alargan y se transforman en follaje y sus brazos en ramas; los pies, antes tan rápidos, se adhieren al suelo con raíces hondas y su rostro es rematado por la copa; solamente permanece en ella el brillo. Febo también así la ama y apoyada su diestra en el tronco, todavía siente que su corazón palpita bajo la corteza nueva y, estrechando con sus manos las ramas que reemplazan a sus miembros, da besos a la madera; sin embargo, la madera rehúsa sus besos. Y el dios le dijo: “Ya que no puedes ser mi esposa, serás en verdad mi árbol; siempre mi cabellera, mis cítaras y mi carcaj se adornarán contigo. ¡Oh, laurel!, tú acompañarás a los capitanes del Lacio cuando los alegres cantos celebren el triunfo y el Capitolio vea los largos cortejos.


Bernini, Apolo y Dafne (1622-1625)
Garcilaso de la Vega (1501-1536)
Soneto XIII

A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos qu'el oro escurecían;

de áspera corteza se cubrían 5
los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía 10
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!


Égloga III
Dinámene no menos artificio
mostraba en la labor que había tejido,
pintando a Apolo en el robusto oficio
de la silvestre caza embebecido.
Mudar luego le hace el ejercicio
la vengativa mano de Cupido.
que hizo a Apolo consumirse en lloro
después que le enclavó con punta de oro.

Dafne con el cabello suelto al viento,
sin perdonar al blanco pie corria
por áspero camino, tan sin tiento
que Apolo en la pintura parecía que,
porque ella templase el movimiento,
con menos ligereza la segura.
El va siguiendo, y ella huye
como quien siente al pecho el odioso plomo.

Mas a la fin los brazos le crecían,
y en sendos ramos vueltos se mostraban.
Y los cabellos. que vencer solían
al oro fino, en hojas se tornaban;
en torcidas raíces se extendían
los blancos pies, y en tierra se hincaban;
llora el amante, y busca el ser primero,
besando y abrazando aquel madero.

Francisco de Quevedo (1580-1645)

A Apolo siguiendo a Dafne
Bermejazo platero de las cumbres,
a cuya luz se espulga la canalla:
la ninfa Dafne, que se afufa y calla,
si la quieres gozar, paga y no alumbres.
Si quieres ahorrar de pesadumbres,
ojo del cielo, trata de compralla:
en confites gastó Marte la malla,
y la espada en pasteles y en azumbres.
Volvióse en bolsa Júpiter severo;
levantóse las faldas la doncella
por recogerle en lluvia de dinero.
Astucia fue de alguna dueña estrella,
que de estrella sin dueña no lo infiero:
Febo, pues eres sol, sírvete de ella.


A Dafne, huyendo de Apolo
"Tras vos, un alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol, ¿y vos tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
pues vais del Sol y de la luz huyendo.
Él os quiere gozar, a lo que entiendo,
si os coge en esta selva tosca y ruda:
su aljaba suena, está su bolsa muda;
el perro, pues no ladra, está muriendo.
Buhonero de signos y planetas,
viene haciendo ademanes y figuras,
cargado de bochornos y cometas."
Esto la dije; y en cortezas duras
de laurel se ingirió contra sus tretas,
y, en escabeche, el Sol se quedó a escuras.






jueves, 22 de marzo de 2012

Sor Juana Inés de la Cruz

A muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Perteneció a la corte de Antonio de Toledo y Salazar, marqués de Mancera y 25° virrey novohispano. En 1667 ingresó a la vida religiosa a fin de consagrarse por completo a la literatura. Sus más importantes mecenas fueron los marqueses de la Laguna, virreyes de la Nueva España, quienes publicaron sus obras en la España peninsular. Murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695.
Compuso gran variedad de obras teatrales. Su comedia más célebre es Los empeños de una casa, que en algunas de sus escenas recuerda a la obra de Lope de Vega. Otra de sus conocidas obras teatrales es Amor es más laberinto, donde fue estimada por su creación de caracteres, como Teseo, el héroe principal. Sus tres autos sacramentales revelan el lado teológico de su obra: El mártir del sacramento —donde mitifica a San Hermenegildo—, El cetro de José y El divino Narciso, escritas para ser representadas en la corte de Madrid.
También destaca su lírica, que aproximadamente suma la mitad de su producción; poemas amorosos en la que la decepción es un recurso muy socorrido, poemas de vestíbulo y composiciones ocasionales en honor a personajes de la época. Otras obras destacadas de Sor Juana son sus villancicos y el tocotín, especie de derivación de ese género que intercala pasajes en dialectos nativos. Sor Juana también escribió un tratado de música llamado El caracol, que no ha sido hallado, sin embargo ella lo consideraba una mala obra y puede ser que debido a ello no hubiese permitido su difusión.
Según ella, casi todo lo que había escrito lo hacía por encargo y la única cosa que redactó por gusto propio fue Primero sueño. Sor Juana realizó —por encargo de la condesa de Paredes— unos poemas que probaban el ingenio de sus lectores —conocidos como «enigmas»—, para un grupo de monjas portuguesas aficionadas a la lectura y grandes admiradoras de su obra, que intercambiaban cartas y formaban una sociedad a la que dieron el nombre de Casa del placer. Las copias manuscritas que hicieron estas monjas de la obra de Sor Juana fueron descubiertas en 1968 por Enrique Martínez López en la Biblioteca de LisboaEl estilo predominante de sus obras es el barroco; Sor Juana era muy dada a hacer retruécanos, a verbalizar sustantivos y a sustantivar verbos, a acumular tres adjetivos sobre un mismo sustantivo y repartirlos por toda la oración, y otras libertades gramáticas que estaban de moda en su tiempo. Asimismo es una maestra en el arte del soneto y en el concepto barroco.
La lírica de Sor Juana, testigo del final del barroco hispano, tiene al alcance todos los recursos que los grandes poetas del Siglo de Oro emplearon en sus composiciones. A fin de darle un aire de renovación a su poesía, introduce algunas innovaciones técnicas y le imprime su muy particular sello. La poesía sorjuanesca tiene tres grandes pilares: la versificación, alusiones mitológicas y el hipérbaton.

Su obra lírica más imortante es Primero Sueño.