lunes, 21 de febrero de 2011

Lírica culta: Jorge Manrique

Jorge Manrique es un poeta ya prerrenacentista que escribió poesía cancioneril, pero sobre todo, destacó por las Coplas que escribió tras la muerte de su padre, Don Rodrigo Manrique. Son 40 coplas de pie quebrado (8a8b4c8a8b4c) que sigue una estructura:


- Meditación sobre la brevedad de la vida, el paso del tiempo y la muerte,

- Reflexión sobre qué ha sido de las figuras desaparecidas de su pasado inmediato, como Juan II, Enrique IV o Álvaro de Luna,

- Repaso de las virtudes morales del maestre y su diálogo final con la Muerte.

El resto de  la obra de Jorge Manrique
Otra página muy interesante sobre el autor y su obra es
esta, donde se recoge una interesante revisiónde la obra por parte del poeta granadino Luis García Montero, Coplas por la muerte de su colega.sigue la senda típica de la poesía culta castellana del s. XV.

  I
  Recuerde el alma dormida,
avive el seso e despierte
  contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
  tan callando;
  cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
  da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
  fue mejor.
 II
  Pues si vemos lo presente
cómo en un punto s'es ido
  e acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo non venido
  por passado.
  Non se engañe nadi, no,
pensando que ha de durar
  lo que espera
más que duró lo que vio,
pues que todo ha de passar
  por tal manera.
  III
  Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
  qu'es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
  e consumir;
  allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
  e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
  e los ricos.
V
  Este mundo es el camino
para el otro, qu'es morada
  sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
  sin errar. 
  Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
  e llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos,
  descansamos.
VIII
  Ved de cuán poco valor
son las cosas tras que andamos
  y corremos,
que, en este mundo traidor,
aun primero que muramos
  las perdemos.
  Dellas deshaze la edad,
dellas casos desastrados
  que acaeçen,
dellas, por su calidad,
en los más altos estados
  desfallescen.
                    IX
  Dezidme: La hermosura,
la gentil frescura y tez
  de la cara,
la color e la blancura,
cuando viene la vejez,
  ¿cuál se para?
  Las mañas e ligereza
e la fuerça corporal
  de juventud,
todo se torna graveza
cuando llega el arrabal
  de senectud.
XVI
  ¿Qué se hizo el rey don Joan?
Los infantes de Aragón
  ¿qué se hicieron?
¿Qué fue de tanto galán,
qué de tanta invención
  como trajeron?
  ¿Fueron sino devaneos,
qué fueron sino verduras
  de las eras,
las justas e los torneos,
paramentos, bordaduras
  e quimeras?
                    XVII
  ¿Qué se hicieron las damas,
sus tocados e vestidos,
  sus olores?
¿Qué se hicieron las llamas
de los fuegos encendidos
  de amadores?
  ¿Qué se hizo aquel trovar,
las músicas acordadas
  que tañían?
¿Qué se hizo aquel danzar,
aquellas ropas chapadas
  que traían?
  XXIII
  Tantos duques excelentes,
tantos marqueses e condes
  e varones
como vimos tan potentes,
dí, Muerte, ¿dó los escondes,
  e traspones?
  E las sus claras hazañas
que hizieron en las guerras
  y en las pazes,
cuando tú, cruda, t'ensañas,
con tu fuerça, las atierras
  e desfazes.
XXV
  Aquel de buenos abrigo,
amado, por virtuoso,
  de la gente,
el maestre don Rodrigo
Manrique, tanto famoso
  e tan valiente;
sus hechos grandes e claros
non cumple que los alabe,
  pues los vieron;
ni los quiero hacer caros,
pues qu'el mundo todo sabe
  cuáles fueron.
              XXVI
  Amigo de sus amigos,
¡qué señor para criados
  e parientes!
¡Qué enemigo d'enemigos!
¡Qué maestro d'esforzados
  e valientes!
 
¡Qué seso para discretos! 
¡Qué gracia para donosos!
  ¡Qué razón!
¡Qué benigno a los sujetos!
¡A los bravos e dañosos,
  qué león!
XXXIV
(Habla la Muerte)
Diciendo: "Buen caballero,
dejad el mundo engañoso
  e su halago;
vuestro corazón de acero
muestre su esfuerzo famoso
  en este trago;
  e pues de vida e salud
hiciste tan poca cuenta
  por la fama;
esfuércese la virtud
para sufrir esta afrenta
  que vos llama."
    XXXV
  "Non se vos haga tan amarga
la batalla temerosa
  qu'esperáis,
pues otra vida más larga
de la fama glorïosa
  acá dejáis.
  Aunqu'esta vida d'honor
tampoco no es eternal
  ni verdadera;
mas, con todo, es muy mejor
que la otra temporal,
  perecedera."
  XXXVIII
  "Non tengamos tiempo ya
en esta vida mezquina
  por tal modo,
que mi voluntad está
conforme con la divina
  para todo;
  e consiento en mi morir
con voluntad placentera,
  clara e pura,
que querer hombre vivir
cuando Dios quiere que muera,
  es locura."





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